Es cierto, lo único que garantiza la sostenibilidad de un jubilado es el bastón, salvo que a usted, Tatita, que cuando se jubile, lo va a seguir sosteniendo ese pulso que no tiembla ni una millonésima de milímetro.
Es cierto, lo único que garantiza la sostenibilidad de un jubilado es el bastón, salvo que a usted, Tatita, que cuando se jubile, lo va a seguir sosteniendo ese pulso que no tiembla ni una millonésima de milímetro.
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